Otro
más es Jorge Ibargüengoitia Antillón
nacido en Guanajuato, México, el 22 de enero de 1928; y muerto en Madrid, el 26
de noviembre de 1983, en accidente aéreo. Escritor, dramaturgo, narrador,
traductor, ensayista y periodista.
Conocí las obras de Jorge
Ibargüengoitia Antillón gracias a su novela Los relámpagos de Agosto. Fue un día de
mañana cuando íbamos a la escuela secundaria. En ese entonces yo vivía en
Nanchital y estudiaba en Coatzacoalcos, había que tomar carretera y se hacía un
aproximado de 20 a 30 minutos de traslado. Todos en mi familia siempre han sido
buenos lectores y no es común que alguien tenga un libro en la mano y al
terminarlo tomar otro para el anterior dejarlo por ahí en la casa—especialmente
cuando éramos más jóvenes que lo botamos por ahí sabiendo que alguien más lo
recogería—. Así pues cuando me senté en el auto para tomar el camino a la
escuela me hallé una novela corta, de portada roja, de autor que nunca había
escuchado y de nombre Los relámpagos de
Agosto. El camino no era largo pero en una media hora era mejor leer un
libro que mirar por la ventana así que lo comencé a leer sin esperar nada de
él. No tenía idea de qué trataba.
Así
empezó todo. Sin darme cuenta a los pocos minutos ya me estaba riendo y en cada
página mínimo me echaba una carcajada, y es que Los relámpagos de agosto
es una novela de corte satírico, es una parodia de la fase final de la
Revolución Mexicana, vista a través de los ojos de José Guadalupe Arroyo, un
general retirado que dicta sus memorias al propio Ibargüengoitia con el fin de
limpiar su reputación.
Es una obra humorística con muy buenos chistes, no forzados,
simples, amenos y agradables. La leí casi de un tirón. Al llegar a la escuela
ya había leído la mayor parte y la continué al salir de clases. Para la noche
ya la había terminado y me decidí buscar las obras completas de Ibargüengoitia. Y lo hice, triste
para mí fue descubrir que sólo escribió 7 novelas y tres de cuentos. Fue hasta
la universidad que leí sus artículos periodísticos. Pero su narrativa entera me
la eché en la secundaria degustando cada capítulo.
Y aunque
A Ibargüengoitia no le gustaba que lo consideraran un simple humorista
ya que se trataba de un escritor serio y riguroso, ordenado y meticuloso; yo
menor de edad no me clavaba tanto en los análisis políticos que hacía de la
revolución mexicana, la independencia o de la historia de México. Muchas de las
referencias históricas políticas, en ese entonces ni las entendí, a mí lo que me
divertía y me gustaba era su estilo humorístico que me sacaba sonrisas y no
menos una carcajada. Y es que el humor de Jorge estaba en su narración, en su
estilo de redacción—no tanto en sus hechos o acciones dramáticas, a veces en la
historia no pasaba gran cosa, sino que daba risa la manera en que lo narraba. Y
eso es importante mencionarlo en lo que a cine se refiere. Las obras de Jorge
Ibargüengoitia han sido adaptadas a cine de manera desfavorable, con pésimos
resultados y una cinematografía cansada y sin chiste; porque repito lo
divertido de Ibargüengoitia está en su narración, no en sus escenas, y eso es imposible
de adaptar en el cine ya que ahí trasladan las acciones literarias a acciones
cinematográficas y la narración desaparece (a menos que hubiera un voz en off, cosa que no hay) y con ello
todo el humor de Jorge.
Y ese estilo humorístico en su narración es lo que ha
influido para mí.
Muchos de los que me han leído no conocen esa parte de mí
porque no la he desarrollado mucho y porque aún no la he mostrado mucho
tampoco, no obstante en varios cuentos escritos en mi época preparatoriana se
podía ver ese estilo y fue sólo una etapa que duró quizá unos cinco años. Además
que depende de la historia y del género. Mis cuentos de terror y/o ciencia ficción,
obvio que no tenían ese estilo, pero algunos cuentos de humor negro sí lo
abordaban.
Con el tiempo ya no lo he trabajado mucho, pero actualmente
estoy estructurando la curva dramática de una novela de género de comedia
romántica que tendrá netamente todo el estilo humorístico de Jorge
Ibargüengoitia. Apenas voy empezando, pero esperen, en algún momento se los
haré saber. A ver qué les parece.
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