"Los
seres perdidos de Dios" es un libro que estoy escribiendo paulatinamente e inspirado en diversas personas que he conocido. Es un libro que se escribirá al paso del tiempo y cuando conozca alguna historia que me llamará la atención se mencionará, de mientras esta es una introducción a un libro que no tiene fecha para terminarse pero ojalá lo esperen interesados.
Los Seres perdidos de Dios
Alejandro Hernández Murillo
Introducción
Esta obra está inspirada en personas reales, gente que
he conocido en mi trayectoria por el mundo y los he visto de una existencia tan
miserable y deprimente que no he podido evitar escribir sobre ellos.
No es novela, no es cuento, simplemente es la
biografía o narraciones de la vida y personalidad de personas humilladas; gente
olvidada, seres sin importancia que ni siquiera Dios toma en cuenta, se le han
perdido y al no hallarlos los ha dejado a su suerte, de ahí el título.
La idea para esta obra se me ocurrió a partir de que
en la literatura y en el cine, así como en la pintura y en las demás artes
donde se proyectan vidas o personajes; sólo se habla de dos tipos de personas:
Los
líderes o los de éxito: que son aquellos seres
inteligentes, respetados, valientes y casi sobrehumanos que tiene a su mando a
cientos de personas que lo ven como un hombre a seguir e idolatrar; que aunque
no necesariamente son líderes en el sentido estricto sí son seres de éxito que
su valentía, destreza, inteligencia y poder humano los hará vencer todas las
barreras y obstáculos que les impongan.
Creo que estos personajes invaden el arte: personajes
como Alejandro Magno, El Capitán Nemo, Oliver Twist, Mad Rockatansky,
Sanjuro, el hombre sin nombre en las cintas de vaqueros de Sergio Leone, y
un inmenso etcétera.
Y los olvidados,
personajes que incluso Luis Buñuel nombró. Seres perdidos en la miseria.
Aquellos que la gente olvida porque son parte de la escoria de la civilización,
y son la vergüenza moral de la sociedad. Son los borrachos, las prostitutas,
los drogadictos, los violadores, los asaltantes, los presidiarios, los asesinos
de niños y un sin fin de despreciables personajes que fue a partir de la cinta
de Buñuel que comenzaron a ser tomados en cuenta en el cine—por lo menos
nacionalmente. Y tal vez a partir de la literatura de la generación Beat que los vieron como seres
existenciales en las letras.
Sin embargo, a mi forma de pensar, por mucho que estén
en la miseria y que haya películas contadas que hablen de ellos—aunque
últimamente ya se ha puesto muy de moda retratarlos en las películas independientes—, dichos personajes están en la misma categoría
de los líderes antes mencionados.
Porque creo que a pesar de ser criminales, lo peor de lo peor, siempre los
plasman inteligentes, hábiles, con séquito de sabandijas detrás de ellos,
valientes que se aventuran hasta la muerte para defender lo que son. Personajes
como los retratados por Charles Bukovski, o El
Jaibo en la cinta de Buñuel, o Micklo en Sangre por sangre, o Rorschach en Watchmen de Alan Moore, y así una interminable lista de seres
ruines pero con presencia que los hace inolvidables.
Por lo que, a mi parecer, esto está equivocado o no
propiamente debe ser así.
Yo en cambio creo que existen tres tipos de personas
en el mundo, y deberían ser personajes de literatura, cine y demás artes.
Son:
Los
de éxito, los olvidados y
los invisibles.
Los
invisibles
son aquellas personas que son tan insignificantes que ni siquiera han sido
tomados en cuenta. Es diferente a los olvidados
de Buñuel. Estos personajes los han visto y la sociedad ha decidido olvidarlos.
En cambio los invisibles son tan poca
cosa para la humanidad que ni siquiera los han visto. No se puede olvidar algo
que no se conoce o no se ha aprendido antes. No se puede olvidar el nombre de
alguien que ni siquiera ha reparado que existe.
Son aquellas mujeres gordas de 40 años que todavía son
vírgenes y morirán de suicidio porque nadie las toma en cuenta y sólo sueñan
con casarse. Son esos hombres mediocres en empleos sin trascendencia que
laboran diariamente y nadie se ha aprendido su nombre. Son esos cobardes que no
son capaces de defender sus derechos en un supermercado cuando alguien los hace
a un lado y se apodera de su lugar en la fila. Son aquellos jovencitos de
primaria que no tienen amigos, que no pueden levantar la voz en el salón y que
cuando tratan de hablar de la tarea con el maestro éste ni siquiera ha notado
que ese chico está en su clase.
Son los mediocres, los que nadie sabe su cumpleaños,
los que no tienen amigos, los que morirán esta noche y nadie se dará cuenta,
los que no tienen dinero para ir de pesca y cuando se acercan a alguien hablan
del clima para empezar una conversación aburrida, los que no pueden seducir
mujeres atractivas porque les falta carisma, los que tratan exageradamente de
llamar la atención y se hacen los
chistosos pero únicamente aburren y dan lástima.
Los seres sin importancia.
Y son estos seres los que llenan las hojas de esta
obra y me inspiran a crear más historias que creo que pueden ser importantes o
por lo menos interesantes en el arte.
Historias como Insectos
que posee a Luca e Itsuki que son humanos invisibles y que incluso deseo
hacerles planos donde no se les vea el rostro se vean borrosos para que
semióticamente den esta idea.
Cuentos como Los
soldados de Dios, cuyos siete personajes son cobardes que se escondieron en
la gran guerra en el cielo donde los valientes murieron y los demonios ganaron
y un Dios derrotado, golpeado y severamente herido tiene que elegirnos contra
su propia voluntad para que salven el mundo el cielo mismo, porque simplemente
no hay nadie más ya que todos los demás han muerto o están esclavos en el
infierno.
Narraciones como Claustrofobia
donde José no pasa de ser un pobre diablo que vive encerrado en el coma y tiene
que imaginar a una mujer que lo humilla, un loco que espera una llamada y un
drogo de la realidad virtual que se coge a la mujer que él desea.
Guiones como 250°C
donde el personaje principal es un autista que todos toman por loco y cuando se
le presenta la ocasión o el problema de defender a las niñas asiáticas de la
escoria estadounidense no tienen ni maldita idea cómo enfrentarse a ellos y
sólo buscan huir de ahí.
Novelas como Los
reyes del suicidio donde sus personajes son unos indigentes que nunca han
hecho nada y se niegan a morir como miserables ratas y prefieren arriesgarse
robando un gran botín de unos mafiosos los que los perseguirán y acabaran a cada
uno de ellos pero que dejarán todo a una niña que siempre han querido y están
seguros que ella sí tendrá una vida significativa y por lo tanto valdrá la pena
luchar y morir.
Historias donde los personajes tiene todo para perder
y aún así pelean.
Esas historias se me hacen mucho más importantes y
cruciales, además de interesantes que pendejadas como Duro de matar o cualquier película del cien gringo.
Y esta obra de Los
seres perdidos de Dios es simplemente una lista de estos hombres que creo
vale la pena mencionar.
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