sábado, 20 de octubre de 2012

Cómo escribo



       Hay algunos que me han preguntado cómo escribo.
     Alguno se refieren a mi estilo, pero la mayoría quiere saber el método, la manera física, o el ambiente a mi alrededor a la hora de escribir.
     Pues bien, les contesto que depende de la historia y del formato.
     Por ejemplo, cuando escribo guiones de cine, independiente si son de largometraje o cortometraje, lo que hago usualmente es crear el conflicto y el perfil psicológico de los personajes. Paso a la estructura de la curva aristotélica y voy ajustando cada uno de los puntos dramáticos, lo que es la peripecia, el punto medio, los tres finales, el clímax. Todos ellos. Y lo voy escribiendo en modelos (para esto sirve tener un pintarrón donde se va encadenando todo—o de perdida post it). En estos modelos, a manera de tarjetas, se estipulan las escenas—sólo acciones, nada de diálogos—y como un rompecabezas se van moviendo por todo el cuadro para ver su funcionamiento dramático. Si no funciona la escena se borra y/o se sustituye por otra. Así el modelo se va haciendo más fuerte, las escenas más largas y cuando ya está todo planeando de manera que funcione correctamente se pasa a la escritura. La parte de la estructuración de la curva dramática puede durar aproximadamente de dos a tres meses si es un largometraje—aunque a veces me ha llevado hasta cinco meses algún guión complejo—y de una a dos semanas si es un cortometraje. Posteriormente viene lo más fácil que es la escritura del guión. Para eso ya tengo las bases, ya sé exactamente lo que vendrá, de qué tratará la historia y sólo es cuestión de cimentarlo en letras. Esta etapa es la más fácil. Aunque algunos les parece difícil y aunque suene increíble, hay guiones que he escrito en una semana. Tres días cuando me pidieron uno de urgencia y dos guiones: La Cosida y Tokaido Yotsuya Kaidan (adaptación libre) los he escrito hasta en 24 horas. Un cortometraje de media hora lo escribo en una tarde.
     Ahora bien, al tratarse de novela la cosa es muy diferente.
     Comienzo igual que en un guión, creo el perfil de los personajes y estructura la curva dramática, trabajo el modelo y esta etapa me puede llevar también de dos a cinco meses—dependiendo de la complejidad de la historia. Empero a diferencia del guión, cuando ya paso a la etapa de la escritura de la novela la cosa ya no es tan fácil. Al escribir un guión la importancia está en sus imágenes. No olvidemos que un guión cinematográfico es una guía para una película que se realizará en imágenes filmadas. Por lo que un guión es sólo el inicio de una etapa que conlleva muchas cosas. Un guión no está pensando para leerse más que los que trabajarán en la producción. Al ser sólo una guía puede haber cambios en rodaje y todavía otros más en la edición. Un guión debe puntualizar las escenas visuales, las imágenes de acción que se verán retratadas en la pantalla por lo que no es tan importante el estilo literario. Lo fuerte es la descripción de las escenas: "Juan levanta el cuchillo y mata a Sofía". "Edgar se baja del coche, cruza la calle y entra al edificio". "Carlos se limpia el sudor de la frente y suspira". Descripciones de acciones. Y así las acciones van llenado la pantalla hasta relatar completamente la historia. Pero la escritura de una novela es muy distinta. No sólo implica una interiorización de los personajes, sino una biografía de ellos, el relato de sus emociones, sus pensamientos, sus motivaciones, así como el estilo literario que contendrá cada obra. Incluyen apartados como si la novela será contada a manera de capítulos enumerados o con títulos, si se hará en forma de libros, en cuántas partes, o si la narración se hará en primer apersona, en segunda o a través de un narrador omnisciente. Si será en presente, futuro o pasado. Quién contará la historia y desde qué punto. Así pues influyen muchas cosas en la escritura lo que lo hace más complejo. Lo que lleva más tiempo y está además el espacio para la inspiración y la improvisación.
     Aunque en una novela tenga pensada y estructurada de manera lógica toda la curva dramática, siempre hay espacio para la improvisación literaria. Con esto me refiero a que siempre hay algo que puede cambiar a la hora de escribir. Hay frases que cuando se escriben inspiran otras frases. Acciones que inspiran otras acciones. Capítulos que generan nuevos capítulos y dan paso a nuevas maneras de narra la historia. Algunas veces en estas inspiraciones literarias el perfil de los personajes pueden cambiar, otras veces algunas escenas de los tres actos pueden diferir. Y aunque siempre respeto la curva en general y llego a dónde quiero llegar el camino tomado puede ser distinto. Y siempre pensado que sea para mejoría de la historia.
Una novela tiene vida propia, es una obra que avanza por sí mismo, a veces siento que es la pluma—aunque actualmente es el ordenador—quien me encamina a la conclusión de la novela. Y por lo tanto esta etapa difiere de muchas cosas y el tiempo de duración puede ser de un año o hasta dos. Incluso más. Uno novela no debe apresurarse, debe tomar su propia vida para crearse en el tiempo que le pertenece.
     Ahora bien al escribir un cuento la cosa es completamente distinta.
     Aunque sigo el mismo procedimiento de crear modelos para cuando escribo un cortometraje de 1 minutos a 30 minutos, al escribir un cuento no sigo el método de creación de curva dramática. Lo que ocurre aquí es que un día se me ocurre una idea—a veces sólo nace de un personaje, otras veces de un conflicto y otras sólo de una ambientación o atmósfera—y me siento a escribirla y dejo que la misma historia me vaya narrando lo que ocurre. Dejo que la inspiración me gobierne y suelo escribir un cuento de corrido. En la mayoría de las veces no me levanto hasta que esté terminado. No obstante los hay cuentos largos como Flujo temporal en la pálida luz de la luna que aunque estaba inspirado y escribí muchas páginas de corrido tardé tres días en terminarla porque se me atravesaban ocupaciones y tenía que abandonar la escritura. Otros cuentos como El puente suicida lo escribí en un par de horas. La mayoría de los cuentos los escribo de un tirón, no me gusta que me interrumpan cuando lo hago porque puedo perder la inspiración. Un cuento Sí lo escribo por inspiración a diferencia de las novelas y guiones. Un cuento si no lo termino rápidamente me cuesta trabajo continuarle. A veces me han interrumpido tanto que pierdo la inspiración y difícilmente continúo el trabajo. Tengo cuentos inconclusos que están esperando que los termine desde hace 5 meses, incluso los hay que tienen hasta 10 años esperando que los concluya. Hay algunos que incluso cuando creo que los he olvidado los hallo en el ordenador, los empiezo a leer y en ello me inspiro para finalizarlos. Hay otros que parecen malditos, cuando la inspiración me llega y reanudo la escritura me vuelven a interrumpir—ya sea por teléfono, o por trabajo—y debo dejarlos una vez más y provoca que difícilmente los reviva. Por eso odio que me interrumpan. A veces simplemente no contesto el teléfono y me encierro a todo.
Algunas veces escucho música. En algunas historias la música va cambiando, el ordenador reproduce la lista entera de canciones de la memoria y ni siquiera me doy cuenta cuáles se escucharon—y es que el volumen lo pongo muy bajo para que la música sólo se oiga como un ligero colchón auditivo. Si la música es muy fuerte me interrumpe—. Pero tras veces el tono y la melodía es muy importante para la atmósfera de la historia. Al ocurrir esto escucho la misma canción una y otra vez en todo el proceso narrativo. Por ejemplo con Insectos la única canción que escuché en más del año que tardé en escribirla fue Mad World de Gary Jules. Con K. no recuerdo si fue una sola canción, fueron varias o no escuché nada en absoluto.
     Me gusta escribir en computadora de escritorio me inspiro más que si fuera en una lap top. Me gusta el tablero grande, en una lap top las teclas son muy chicas y cometo errores que me interrumpen. Sin embargo, por causas de fuerza mayor una muy buena parte de Insectos la escribí en una lap top acostado en cama cuando estaba enfermo. K: la escribí en un escritorio muy incómodo en una PC de escritorio, tardé más de 6 meses. El último noble la escribí en una máquina de escribir y con los hallo la capturé en ordenador. Prefiero el escritorio, me inspiro más.
     Irse a una cabaña, rodearse de la naturaleza y llenarse de la belleza de la vida sirve de nada. Es un cliché. Cuando he estado en una cabaña en medio de un árbol ni siquiera me inspiro. En cambio escribo mejor encerrado en un cuarto y que nadie me interrumpa.
     Cada quien tiene su estilo, pero para aquellos que me han preguntado este es el mío.

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