Bueno, opino que en la literatura y en el cine, así
como en la pintura y en las demás artes donde se proyectan vidas o personajes;
sólo se habla de dos tipos de personas:
Los
líderes o los de éxito: que son aquellos seres inteligentes, respetados,
valientes y casi sobrehumanos que tiene a su mando a cientos de personas que lo
ven como un hombre a seguir e idolatrar; que aunque no necesariamente son
líderes en el sentido estricto sí son seres de éxito que su valentía, destreza,
inteligencia y poder humano los hará vencer todas las barreras y obstáculos que
les impongan.
Creo que estos personajes invaden
el arte: personajes como Alejandro Magno,
El Capitán Nemo, Oliver Twist, Mad
Rockatansky, Sanjuro, el hombre sin nombre en las cintas de vaqueros de
Sergio Leone, y un inmenso etcétera.
Y los olvidados, personajes que incluso Luis Buñuel nombró. Seres
perdidos en la miseria. Aquellos que la gente olvida porque son parte de la
escoria de la civilización, y son la vergüenza moral de la sociedad. Son los
borrachos, las prostitutas, los drogadictos, los violadores, los asaltantes,
los presidiarios, los asesinos de niños y un sin fin de despreciables
personajes que fue a partir de la cinta de Buñuel que comenzaron a ser tomados
en cuenta en el cine—por lo menos nacionalmente. Y tal vez a partir de la
literatura de la generación Beat que
los vieron como seres existenciales en las letras.
Sin embargo, a mi forma de pensar,
por mucho que estén en la miseria y que haya películas contadas que hablen de
ellos—aunque últimamente ya se ha puesto muy de moda retratarlos en las películas independientes—, dichos
personajes están en la misma categoría de los
líderes antes mencionados. Porque creo que a pesar de ser criminales, lo
peor de lo peor, siempre los plasman inteligentes, hábiles, con séquito de
sabandijas detrás de ellos, valientes que se aventuran hasta la muerte para
defender lo que son. Personajes como los retratados por Charles Bukovski, o El Jaibo en la cinta de Buñuel, o Micklo
en Sangre por sangre, o Rorschach en Watchmen de Alan Moore, y así una
interminable lista de seres ruines pero con presencia que los hace
inolvidables.
Por lo que, a mi parecer, esto está
equivocado o no propiamente debe ser así.
Yo en cambio creo que existen tres
tipos de personas en el mundo, y deberían ser personajes de literatura, cine y
demás artes.
Son:
Los
de éxito, los olvidados y los invisibles.
Los
invisibles son aquellas personas que son tan
insignificantes que ni siquiera han sido tomados en cuenta. Es diferente a los olvidados de Buñuel. Estos personajes
los han visto y la sociedad ha decidido olvidarlos. En cambio los invisibles son tan poca cosa para la
humanidad que ni siquiera los han visto. No se puede olvidar algo que no se
conoce o no se ha aprendido antes. No se puede olvidar el nombre de alguien que
ni siquiera ha reparado que existe.
Son aquellas mujeres gordas de 40
años que todavía son vírgenes y morirán de suicidio porque nadie las toma en
cuenta y sólo sueñan con casarse. Son esos hombres mediocres en empleos sin
trascendencia que laboran diariamente y nadie se ha aprendido su nombre. Son
esos cobardes que no son capaces de defender sus derechos en un supermercado
cuando alguien los hace a un lado y se apodera de su lugar en la fila. Son
aquellos jovencitos de primaria que no tienen amigos, que no pueden levantar la
voz en el salón y que cuando tratan de hablar de la tarea con el maestro éste
ni siquiera ha notado que ese chico está en su clase.
Son los mediocres, los que nadie
sabe su cumpleaños, los que no tienen amigos, los que morirán esta noche y
nadie se dará cuenta, los que no tienen dinero para ir de pesca y cuando se
acercan a alguien hablan del clima para empezar una conversación aburrida, los
que no pueden seducir mujeres atractivas porque les falta carisma, los que
tratan exageradamente de llamar la atención y se hacen los chistosos pero únicamente aburren y dan lástima.
Los seres sin importancia.
Y son estos seres los que llenan
las hojas de mi obra y me inspiran a crear más historias que creo que pueden
ser importantes, o por lo menos interesantes, en el arte.
Historias como Insectos que posee a Luca e Itsuki que son humanos invisibles y que
incluso deseo hacerles planos donde no se les vea el rostro se vean borrosos
para que semióticamente den esta idea.
O mi guión Los soldados de dios, cuyos siete personajes son cobardes que se
escondieron en la gran guerra en el cielo donde los valientes murieron y los
demonios ganaron y un dios derrotado, golpeado y severamente herido tiene que
elegirnos contra su propia voluntad para que salven el mundo el cielo mismo,
porque simplemente no hay nadie más ya que todos los demás han muerto o están
esclavos en el infierno.
Narraciones como Claustrofobia donde José no pasa de ser un
pobre diablo que vive encerrado en el coma y tiene que imaginar a una mujer que
lo humilla, un loco que espera una llamada y un drogo de la realidad virtual
que se coge a la mujer que él desea.
Guiones como 250°C
donde el personaje principal es un autista que todos toman por loco y cuando se
le presenta la ocasión o el problema de defender a las niñas asiáticas de la
escoria estadounidense no tienen ni maldita idea cómo enfrentarse a ellos y
sólo buscan huir de ahí.
Novelas como Los reyes del suicidio donde sus personajes son unos indigentes que
nunca han hecho nada y se niegan a morir como miserables ratas y prefieren
arriesgarse robando un gran botín de unos mafiosos los que los perseguirán y
acabaran a cada uno de ellos pero que dejarán todo a una niña que siempre han
querido y están seguros que ella sí tendrá una vida significativa y por lo
tanto valdrá la pena luchar y morir.
Historias donde los personajes
tiene todo para perder y aún así pelean.
Esas historias se me hacen mucho
más importantes y cruciales, además de interesantes que pendejadas como cualquier película del
cine gringo.
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