viernes, 26 de octubre de 2012

Mis influencias parte 5 (Japón)



      5.1 Demonios Yōkai.


     En mis historias (literatura y cine) se pueden encontrar varias referencias a la cultura japonesa y un apartado de estas homenajes se muestra de forma especial a la mitología sobrenatural japonesa, como lo son los demonios Yōkai.
     Los Yōkai () son "apariciones", "espíritus", "demonios" o "monstruos". Unos poseen parte de animal y parte de rasgos humanos, aunque también los hay derivados de cosas u objetos. Los Yōkai son generalmente más poderosos que los seres humanos, y debido a esto, tienden a actuar con arrogancia sobre los mortales. Los Yōkai también tienen valores diferentes de los seres humanos, y cuando éstos entran en conflicto pueden conducir a la enemistad. Ellos son generalmente invulnerables al ataque humano, pero pueden ser derrotados por expertos exterminadores yōkai (退治屋, taijiya) y monjes budistas con la bendición de Buda.
     Hay varios tipos de Yōkai, he aquí una clasificación general:
     Yūrei (幽霊, literalmente Alma Fallecida) son los más parecidos al concepto occidental de fantasmas o espíritus de los muertos, utilizando un kimono blanco, y sus cuerpos visibles hasta la cintura. Se ven atraídos a atormentar a los vivos debido a un amor no correspondido, o en otras ocasiones, por sed de venganza.
     Yōkai (妖怪, literalmente Extraña Peculiaridad, idiomáticamente Aparición) son criaturas vivas no humanas. Esta incluye una gran variedad de monstruos y bestias.
     Oni (鬼, literalmente Demonio) son tomados directamente de la teología budista. Son pavorosos demonios alados y cornudos cuyas imágenes se hallan esculpidas cerca de las entradas a los templos. Tienen deberes específicos cómo rescatar al inocente, asustar a los maliciosos hasta la muerte, y vigilar las puertas del infierno.
     Fushigi na Dōbutsu (不思議な動物, literalmente Animales de lo Fantástico) son traviesos espíritus de animales, de los cuales los más notorios son los zorros.
     Sōrei (騒霊, literalmente Fantasma Salvaje), son similares a las criaturas que en inglés se les conoce como poltergeists. Sin embargo, su historia proviene de la creencia Shinto de que todo objeto físico (piedras, árboles, máquinas), poseen vida y conciencia. Esto ha derivado en incontables relatos de piedras gritonas, puertas shoji con ojos acechantes, y utensilios domésticos que se mueven y persiguen a sus dueños.
     En fin.
     Conocí la cultura japonesa gracias al cine, comencé con Ran La furia del poder de Akira Kurosawa y posteriormente me extendí a otras historias, luego cuando me adentré al cine de terror japonés me hallé con la trilogía del tema Yôkai: Yôkai hyaku monogatari (1968) de Kimiyoshi Yasuda (1911–1983); Yokai Monsters: Spook Warfare (1968) de Yoshiyuki Kuroda; y  Yokai along with ghosts (1969) de Yoshiyuki Kuroda, Kimiyoshi Yasuda. Así como la grandiosa historia de Tokaido yotsuya kaidan la cual se considera la madre de todas las historias de fantasmas en el Japón (posteriormente hablaré de ella con más profundidad), que le ha valido más de 100 adaptaciones.
     Pues bien, al conocer la cultura japonesa y con ello la mitología o folclore japonés los demonios Yokai me llamaron mucho la atención, conocí a bastantes (no todos porque hay entre 5 ó 9 millones de ellos. ¡Increíble!) y en varios relatos hago referencia a ellos quitándoles la parte amable—muchos de ellos son personajes de películas o anime infantiles—para concentrarlos en historias netamente de terror y/o misterio que es lo que a mí me gusta. Suelo adaptarlos a la cultura mexicana o los sitúo en el México moderno haciendo una mezcla interesante con nuestra mitología—como en el caso de Espectros (2005) en la cual adapté una leyenda del fantasma Yūrei de la edad feudal japonesa al Michoacán contemporáneo.
     Así pues, ya sea en cine o en literatura, los demonios Yōkai se pasean por mis historias, y mi favorito por sobre todos, y que tiene una mención importante en mi novela Insectos es el Rokurokubi.
 


                                                                             "Yôkai hyaku monogatari" (1968)
     Rokurokubi

     Es un Yōkai que durante el día parecen seres humanos normales, pero por la noche adquieren la habilidad de estirar su cuello a grandes longitudes como una serpiente. También puede cambiar su rostro al de un espantoso oni, para asustar mas a los mortales.
     En su forma humana durante el día, los rokurokubi suelen vivir desapercibidos y pueden tener incluso cónyuges mortales. Muchos rokurokubi están tan acostumbrados a llevar una vida normal que hacen lo imposible para guardar su condición sobrenatural en secreto. Pero son embaucadores por naturaleza, y tienen una necesidad de asustar y espiar a los seres humanos que les es difícil de resistir. Se dice que uno puede ser un rokurokubi sin conocer su propia naturaleza, creyendo ser seres humanos realmente, y solo se transforman en las noches mientras duermen de manera inconsciente, recordando que en sus sueños veían la habitación u otros lugares en un ángulo extraño. A menudo, los rokurokubi son verdaderamente siniestros, ya que se comen a la gente o beben su sangre en lugar de limitarse a asustarlas.
     Usualmente son mujeres—aunque hay hombres—y dependiendo de la historia son malignos o inofensivos. En algunas narraciones se les puede hallar de carácter afable, divertidas y bromistas; no hacen el mal sino que nada más están molestando por diversión. En cambio en otros relatos sus personalidades son fuertes, agresivas, violentas y despiadadas. Yo, en Insectos lo relaciono con el vampiro, monstruos o demonio de la cultura occidental, y lo hago por la referencia de que los rokurokubi a veces comen gente o beben su sangre, y por supuesto, en mis historias no son amables, más bien son brutales. 


     Actualmente estoy escribiendo un cuento sobre este demonio y estoy seguro que en alguna historia futura saldrá por ahí aunque haciendo un leve cameo. 

Aquí les muestro un trailer de Yokai Monsters Spook Warfare (1968) que anda en youtube.
  

CONTINUARÁ

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